La FDA da luz verde a 55 medicamentos nuevos en 2023, registrando una de las cifras más altas de la última década

Más del 50% de estos nuevos avances tienen designación de medicamento huérfano, dirigidos específicamente a pacientes que sufren de enfermedades poco comunes.
febrero 20, 2024
Farma y Cosmética Edición

La continua progresión de la innovación biomédica y el compromiso de las empresas farmacéuticas con la investigación de nuevos medicamentos y el bienestar de los pacientes sigue su curso imparable. Según el informe anual que documenta los avances del año anterior, el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la agencia reguladora de medicamentos (FDA) aprobó 55 medicamentos basados en nuevos principios activos en 2023.

Entre las aprobaciones sobresalen tratamientos para diversas enfermedades infecciosas, entre ellas la Covid-19, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el VIH; así como también para condiciones neurológicas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad de Alzheimer y la migraña. Se incluyen también tratamientos para la diabetes tipo 2 en niños, diversos tipos de anemia y el manejo crónico del peso. Además, se han aprobado fármacos para trastornos cardíacos, sanguíneos, renales y endocrinos.

“Estas aprobaciones, que dan cobertura a una amplia gama de enfermedades y estados de salud, tienen como objetivo ayudar a muchas personas a vivir mejor y lograr una mayor esperanza de vida

Explica la FDA en su informe.

Además, una mayoría significativa de los nuevos medicamentos (28 de los 55 aprobados) están dirigidos a prevenir, diagnosticar o tratar enfermedades raras, y por lo tanto han obtenido la designación de medicamento huérfano. Este hecho refleja el compromiso continuo de la industria farmacéutica innovadora con la investigación en el campo de las enfermedades poco comunes, una necesidad crítica tanto para profesionales de la salud como para pacientes y sus familias.

Además de la ELA, se han otorgado aprobaciones para tratar otras enfermedades, como la ataxia de Friedreich, una condición hereditaria degenerativa que afecta el sistema nervioso; la hemoglobinuria paroxística nocturna, un trastorno que ocasiona la ruptura de los glóbulos rojos; y el síndrome de fosfoinositida 3-quinasa delta activada, un trastorno genético que afecta el sistema inmunológico. También se han desarrollado terapias para cánceres poco comunes, como el linfoma de células del manto, una variante agresiva de linfoma no Hodgkin, y el carcinoma nasofaríngeo, un tipo de cáncer que afecta la región de la cabeza y el cuello.

En el ámbito de las enfermedades respiratorias, se han autorizado nuevos fármacos para el tratamiento de los ataques de asma y la fibrosis quística. En relación a los trastornos gastrointestinales, se han aprobado medicamentos para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal y el estreñimiento funcional en niños. En oncología, se han dado luz verde a terapias para el cáncer colorrectal, de próstata, de pulmón y tumores de bajo grado (formaciones menos agresivas que se originan en el cerebro). En cuanto a la salud femenina, la FDA ha aprobado tratamientos para la depresión posparto, los sofocos asociados con la menopausia y anticonceptivos orales de venta sin prescripción médica.

Asimismo, el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA reconoció que 20 de los 55 medicamentos nuevos (un 36%) son pioneros en su clase, lo que significa que son fármacos con mecanismos de acción distintos a los de los tratamientos ya disponibles o que abordan necesidades médicas no satisfechas.

En este contexto, la mayoría de estos nuevos medicamentos aún no han sido introducidos en la región europea, en gran parte debido al tamaño del mercado estadounidense, la disposición hacia la innovación y la rapidez de los procesos regulatorios de la FDA en comparación con los de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Es crucial que la reforma de la legislación farmacéutica europea incluya incentivos para fomentar la innovación y hacer que Europa sea más atractiva para las empresas. Además, se requiere que la EMA agilice sus procedimientos y se creen condiciones que motiven a las empresas a invertir en investigación, desarrollo y producción en Europa.

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